Si la pareja es la licenciatura del autoconocimiento, la parentalidad es el doctorado. Para nosotras, los mayores avances personales han ocurrido a partir de la experiencia de ser madres. Cada día celebramos un descubrimiento, un aprendizaje detrás de un conflicto, de un enfado o de una frustración en la vida familiar. Y esto tiene una aclaración muy sencilla y a la vez compleja:
Queremos tanto a nuestros hijos que anhelamos darles lo mejor, lo que nosotros no tuvimos y nos faltó. Nuestros deseos y anhelos se reflejan en ellos y no los vemos a ellos con sus necesidades, emociones y realidad, si no que nos vemos a nosotros con nuestras heridas, nos reflejamos en ell@s. En el deseo de ofrecerles una vida igual o lo que nosotros pensamos mejorada lo hacemos con las herramientas que conocemos, las herramientas con las que nuestros padres nos criaron, con las que a su vez dieron lo que mejor tenían.
Ver nuestras historias y heridas en nuestros hijos no dice de lo mal que lo estamos haciendo con nuestros hijos, sino de lo poquito que nos estamos encargando de nosotros. Tenemos una tendencia absurda de darle a nuestros hijos los recursos que no tuvimos, las oportunidades que no nos dieron.
Pero algo está claro, NADIE PUEDE DAR LO QUE NO TIENE. Así que es primordial un trabajo previo, un cuidado, una reconexión contigo mism@. Es irresoluble hacerlo con los hijos si antes no lo hemos hecho con nuestra propia experiencia.
Como Beatriz Cazurro describe en su libro:
Aprendimos a ser padres siendo hijos, así que si queremos mejorar, necesitamos conocer nuestra infancia, entender cómo nos hemos construido, acompañarnos y aprender a cuidarnos como hubiéramos necesitado que nos cuidaran aprender a acompañarnos nos ayudará a caminar mejor a su lado.
Podemos acercarnos a ser los padres que nuestros hijos precisan a pesar de nuestras necesidades no cubiertas de la infancia, de nuestras limitaciones, de nuestras creencias erróneas, de nuestras lealtades, de nuestros tabúes y nuestros traumas.
Es un reto tomar conciencia de la complejidad y el compromiso personal que conllevan la maternidad y la paternidad.
En muchas ocasiones es doloroso transitar el camino de hacerse cargo de uno mismo con el de entender y tratar bien a nuestros hijos. Pero si lo pensamos bien, puede ser tan frustrante como liberador. No es que seamos incapaces, es que tenemos un montón de experiencias, tabúes, ideas que están bloqueando la capacidad que sí tenemos de hacerlo.
La parentalidad consciente no va de hacerlo bien, ni de ocultar todos los sentimientos negativos que de vez en cuando nos golpean cuando ponemos cara de “todo controlado” aunque estás desbordad@. Va de tener claro lo que no sabes hacer y ponerte manos a la obra. Lo que repara a nuestros hij@s no es nuestra perfección, es nuestra intención genuina de mejora y la propia responsabilidad sobre nuestra propia historia.
En los módulos de acompañar con corazón no solo te acompañamos en tu proceso de autodescubrimiento, de reposicionamiento en tu antiguo sistema familiar, de trabajo de tu sombra, en curar tus heridas emocionales de la infancia sino que también te apoyamos a no reflejar tus mierdecitas en la crianza de tus hij@s.
Y en la marabunta de la crianza tienes tres opciones.
¿Con cuál te quedas tú?
No le soluciones la vida, equípale con herramientas para que sea autónomo, flexible y que esté preparado para la vida como niño, adolescente, joven y adulto.
Y en la marabunta de la crianza tienes tres opciones.
1) Educar a mi hij@ como me han educado a mí con alguna formulita mejorada fruto de la reflexión personal. Si total tampoco he salido tan mal parad@.
2) Usar las fórmulas de educación que ofrecen generosamente amigas o vídeos en los medios de comunicación. Me cuesta integrarlo en la vida diaria familiar y a veces me siento culpable. “Si me leído tal libro de cabecera en educación o sigo a fulanita la educadora, ¿cómo me desbordo todavía y le pego un grito?
3) Aprender a ver al otro, a ser reflexivo, crítico, flexible y a confiar en las herramientas respetuosas que tú decides que son adecuadas en cada momento para cada persona.
Nosotras nos quedamos con la tercera opción.
¿Este curso es para mí?
No hace falta estar desesperada en la relación con tu hij@ para participar en el curso. Hay una vocecita dentro de ti que te susurra de vez en cuando que lo que vives es solo la punta del iceberg, que eres valiente para emprender el camino de las baldosas amarillas, como el mago de Oz, que te pica la curiosidad y ganas de querer conocerte más a ti mism@ a través del papel de madre/ padre, de reflexionar sobre como se forja la personalidad a través del sistema familiar, social y colectivo, y de conocer algunos mecanismos psicológicos, emocionales y espirituales.
-
Te desbordas ante algunas situaciones como con sus amistades, su nivel de frustración, situaciones en la escuela, conflictos con sus iguales, con el cumplimiento de algunas tareas. Sabrás acompañarl@ viéndol@ y validando sus emociones y conectando con él/ella, además de ofrecerle herramientas que se pueden aplicar para todos los miembros de la familia incluso para ti.
-
Te sientes culpable de su baja autoestima. Aprenderás a verl@ de forma empática y a utilizar la comunicación afectiva.
-
Chocas con la forma de educar de tu pareja o padre/madre del niñ@. Sabrás regularte emocionalmente, no juzgar y acordar una forma de crianza que se adecúe a vuestra realidad, además de comunicar de forma respetuosa y asertiva.
-
Chocas con la forma de educación de tu entorno de otros padres y educadores en comparación con lo que es habitual en tu país. Sabrás descubrir tus necesidades, las creencias familiares y colectivas, y a desmontar las convicciones de las dos culturas asimismo como a actuar de acuerdo a tu individualismo sin tener que justificarte y sin sentimiento de culpa.
-
Reaccionas gritando, amenazando, castigando, chantajeando... (vamos, que te conviertes en un ogro, como todos) y, al darte cuenta, te preguntas: ¿cómo lo arreglo? Sabrás reparar y volver a conectar, y además podrás usarlo como un punto de aprendizaje para toda la familia
-
Te preguntas sobre el equilibrio en la crianza. Soy demasiado estrict@, dur@, o flexible y permisiv@? Sabrás establecer límites claros que cuidan de la integridad del niñ@ a todos los niveles y podrás acompañarle adaptándote a sus tiempos y nivel de madurez.
-
Deseas darle la mejor educación para la vida. Entonces empieza por ti.
¿Qué tiene de particular este curso?
El curso se imparte en español. La lengua no es solo un vehículo de comunicación, sino de expresión emocional que nos une a nuestro sistema familiar, de creencias, a nuestro colectivo, en fin, es lo que ha formado nuestra personalidad y lo que somos. Nos sentimos más unidos a las personas con las que compartimos lengua y cultura.
Este curso pretende formar tribu para apoyarse fuera dentro y fuera del contexto del curso. Casi todos tenemos en común que aprendidos a ser padres fuera de nuestro país confrontándonos con otra forma de crianza y educación y queriendo preservar nuestra cultura pasándosela a nuestr@s hij@s. Este proceso a veces es conflictivo y puede agravarse más si la pareja viene de otro país con otra realidad y con otra mochila cultural y personal.
Módulos
Módulo I
Módulo II
El curso está dividido en varios módulos.
Puede realizarse cada módulo de forma independiente aunque te recomendamos que los realices en el orden previsto, ya que están interrelacionados y tu aprendizaje será más efectivo.
Por ejemplo, si no has integrado cómo acompañar a tu hijo emocionalmente, o no ejerces mayoritariamente el apego seguro, te costará más fijar acuerdos con él, poner límites respetuosos, acompañarle en un conflicto con un igual en el colegio o darle las herramientas para una autoestima sana.
En el módulo I descubrirás:
-
Cómo se fundamenta nuestra forma de relacionarnos con nuestros hijos-
-
Las diferentes formas de apego, cómo los vivimos nosotros y cómo los ejercemos con nuestros hijos y con los que nos rodean..
-
Las heridas emocionales que se produjeron en nuestra infancia y cómo estas afectan a nuestras relaciones familiares.
-
Una vez aprendidas las técnicas para detectar apegos, heridas emocionales y creencias, nos resultará más sencillo poder acompañar a nuestros hijos, viéndolos, sintiéndolos desde su realidad.
-
Regulación emocional tanto para ti como madre/padre como para tu hijo.
-
Nuestra premisa es deshacerse del hechizo de las pócimas mágicas, enamorarse del proceso sostenible, festejar los micrologros, despejar el sentimiento de culpa, ver y sentir a la otra persona
En el módulo II descubrirás:
-
Distinguir entre los diferentes tipos de límites y cómo los empleas en tu vida familiar.
-
Acompañarl@ emocionalmente viéndol@
-
Reconocer tus necesidades y las de tu hij@.
-
Formular peticiones desde la comunicación afectiva
-
Liderar una reunión familiar de forma respetuosa y efectiva para todos los miembros.
-
Evitar las etiquetas
-
Evitar los juegos de poder
-
Opciones en caso de que si después de todo tu hij@ no acepta los límites.